ESPAÑA, TENGO UN SUEÑO

Enciendo la televisión: Japón, el terremoto, el tsunami, la alerta nuclear... ahora, hoy, enciendo la televisión: Libia, Gadafi, la zona de exclusión aérea, los ataques... En el mundo cada día, cada hora, cada segundo suceden tantas cosas, muchas incontrolables otras incomprensibles, y todas a nosotros, los seres humanos, seamos de donde seamos, de una u otra forma a todos nos suceden cosas, sean como sean esas cosas que nos sucedan. A veces nos creemos tan diferentes los unos de los otros, pero somos tan iguales... Me pregunto cómo sería mi vida ahora en Libia o Japón... si viviera ahí, en medio de ambas tragedias... Si bien uno no debe mirar atrás más que aprender de lo que le sucedió o de lo que se equivocó, y no debe mirar más allá como excusa para autocomplacerse o conformarse. Estamos aquí para crecer, para avanzar, para mejorar, todos nosotros, y si en estos momentos no nos dejan, nos dicen que hay que entenderlo, que hay que sufrir, aunque ni nos digan por cuánto tiempo, ni lo sepan, quizá entonces ahora sea el momento de empezar a cambiar esto, quizá sea el momento de decir que es posible otra solución, que en estos tiempos donde la crisis es la excusa perfecta para todo y todos, tenemos que dar un paso al frente y afrontar las cosas de verdad, que es posible mejorar las cosas, que esta crisis nos puede hacer crecer más, que por encima de muchas cosas están las personas, el bienestar de las personas y sus vidas. Que son las personas, y no una bandera o ideas abstractas las que mueven los países... las que lo desarrollan y hacen crecer.
España, tengo un sueño: que la gente actuara, que nos movilizáramos... más allá de las protestas y los portazos que no sirven de nada, que demostrásemos que somos nosotros todos nosotros los que movemos el mundo, para quienes están parados y para quienes trabajan y más que un trabajo es esclavitud... todos merecemos un mínimo de bienestar, al menos todos los que hacemos un esfuerzo grande por conseguirlo. Que les demostrásemos de la forma que fuera a quienes nos maldirigen que ya basta de mentir de robar y de aprovecharse de nuestro esfuerzo. Que es hora de hacer lo que se tiene que hacer. Y todo esto con la medida que fuera: que votáramos en blanco una mayoría absoluta y consiguiéramos crear representantes verdaderos dispuestos y capaces de cambiar esta realidad que nos ha tocado vivir.

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