25 SEMANAS

Ya podrías defenderte aquí fuera, pero aún no es el momento. Protegida, querida, deseada, imaginada, soñada, no a mis orejas y sí al tamaño de mis ojos, quizá el color de mi piel pero la belleza mejor la de tu madre. El cuarto, ropa en miniatura, las paredes llenas de mar y vida, toda la vida que tienes por vivir, yo también te siento dentro de mí moviéndote y dando patadas, respiro la vida que eres, porque primero será el dedo, luego la mano, más tarde te llevaré a la cama en brazos cuando te quedes dormida en el sofá, y un día echaré la vista atrás y me sorprenderé diciéndome a mí mismo yo soy el padre de Elisa.

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