PASABAN DE LAS DOCE DE LA NOCHE...
Pasaban de las doce de la noche cuando regresaba
a casa, y juro que no bebí, pero allí estaban los dos, ju-
gando a cartas a la vuelta de la esquina. Eran dos som-
bras para siempre enamoradas: Bécquer y Ché Guevara.
ANA MARÍA MOIX
Éste es mi pequeño homenaje para quien entró hasta el fondo de mi vida con NO TIME FOR FLOWERS.
Pasaban de las doce de la noche cuando regresaba
a casa, y juro que no bebí, pero allí estaban los dos, ju-
gando a cartas a la vuelta de la esquina. Eran dos som-
bras para siempre enamoradas: Bécquer y Ché Guevara.
ANA MARÍA MOIX
Éste es mi pequeño homenaje para quien entró hasta el fondo de mi vida con NO TIME FOR FLOWERS.
Comentarios