CAQUITAS DE PERRO

Sales de trabajar, un paso nada más, y la suela de tus mejores zapatillas llenas de caquita de perro ("caquita de perro", los dueños de perros lo llaman así para restarle importancia a este hecho, o esas otras típicas frases tipo "todos los dueños no somos iguales, yo no tengo la culpa de que otros dueños sean irresponsables" que lleva consigo ese pensamiento que les lleva a defender hasta las últimas consecuencias a todos los dueños de perros: "sería de noche", "se le escaparía el perro y no se daría cuenta"... como esos abogados que defienden a los indefendibles básicamente porque así obtiene mayor beneficio o en publicidad o en dinero. Como todo es relativo, ¿verdad?). Odio la sensación que te queda aun habiendo limpiado la suela a conciencia hasta con un palillo por las ranuras de tener caquita de perro en la suela y oler esa caquita durante días. Pero más odio el comportamiento del dueño que actúa conscientemente incluso jaleando que su perro llene el mundo con sus caquitas de perro. Pienso que lo mejor sería convertirse en el justiciero de los dueños que pasan de todo y dedicarse a seguirlos hasta sus casas para dejarles una caquita de justiciero vengador en la puerta de su casa, para que nada más salir les pasara lo mismo a ellos que lo que provocan ellos con su actitud prepotente egocéntrica y chulesca en plan "a ver quién se atreve a decirme nada con el pitbull terrier (o sttafordshire bull terrier o la raza agresiva que sea...) que he enseñado a atacar a quien yo diga". Al final esto de los perros es otro ejemplo de que los humanos a menudo pensamos eso de: "Cada uno a lo suyo, no pasa nada." Porque como nos decimos a nosotros mismos cuando queremos evitar la autocrítica: "Que levante la mano quien esté libre de culpa". Y ya con eso todo vale.

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