CRISTALES ROTOS

Dice Juan Manuel de Prada que escribir consiste en hallar significaciones hondas en aquellas parcelas de la vida que el común de los mortales considera rutinarias.
He estado pensándolo detenidamente y es así como yo lo siento.
Es así como te siento.
Es así como me gustaría que me sintieras.


De pequeño nos enseñan los valores ideales y comportamientos para crecer y desarrollarnos adecuadamente en la sociedad. Nos enseñaron lo que estaba bien y lo que estaba mal. La diferencia entre la verdad y la mentira, entre curar y herir, entre creer y dudar.
De esa forma, de pequeños, casi como que crees que lo que te dicen tus padres es palabra sagrada, que es algo irrebatible y una verdad absoluta.
Con el tiempo creces y empiezas a poner en duda todo aquello. Cuando te dicen que no se debe mentir, y luego ves que ellos mismos mienten cuando se les antoja necesario. Es sólo un ejemplo.
Aprendes que todo lo que te enseñaron es la teoría, y que en realidad vivir va mucho más allá de todo aquello, que la teoría es sólo el prólogo de la práctica, sólo unas primeras palabras, unos bocetos que sólo trazan líneas amplias y ambiguas donde caben millones de variables. Algo así como interpretar cada uno La Biblia a su antojo. Es algo posible.
Yo nací en el año 1977. Con la democracia. Soy un hijo de la democracia. Tengo que dar gracias por ello. Todos los avances con los que he nacido, todos los sufrimientos que se me han evitado, toda la calidad de vida de la que dispongo, todas las posibilidades que se ofrecieron y pude elegir.
Cuando veía películas de indios y vaqueros me enseñaron que los indios eran los malos y los americanos los buenos. Con El equipo A llegué a querer ser como todos ellos. Y con el coche fantástico quise tener un coche como ese.
Ahora ya tengo un hueco en el mundo (aunque tenga que pagarlo a 30 años, bueno ya sólo me quedan de pagar 27 años, y si aguanto subidas de tipos euribor y demás...), tengo mi cochecito para poder moverme por la ciudad y fuera de ella (aunque cada día los cuatro viajes que hago son para ir de casa al trabajo, del trabajo a casa, de casa al trabajo, y del trabajo de nuevo a casa, y apenas salga de este círculo un día a la semana, que quizá me pase durmiendo y descansando...), tengo mis pequeñas cositas diarias y todo lo que valoro: el agua caliente, la lavadora, la tv., la luz, la calefacción individual, la seguridad de vivir en un país y una ciudad segura...
En fin, que casi parece la sociedad perfecta ¿no?
El caso es que con el tiempo a veces uno ya no sabe si creer en algo o no creer. O mejor dicho, en qué o quién creer, o si hay que creer en algo o en alguien.
Si miras el mundo, hoy por ejemplo, hay una crisis económica enorme que lo recorre, y parece que no se salva nadie. Pero yo que soy tonto no sé, entonces, no hago más que ver audis nuevos que suben de 8 millones de las antiguas pesetas, vas por barrios selectos y no veo que a ellos les haya afectado lo más mínimo. Y quienes nos hablan y hablan de crisis, no veo que a ellos les esté afectando lo más mínimo. Por ejemplo el presidente de nuestro gobierno, ni el ministro de economía,...
Recuerdo hace un tiempo cuando aquí en zaragoza entró un nuevo gobierno al ayuntamiento y lo primero que dijeron es que no había presupuesto para nada, y al cabo de un par de meses, aprobaron subirse los sueldos. Entonces yo pensé: Pues menos mal que no había presupuesto para nada...
Hablan de crisis y los viajes las cenas los días de reuniones no se recortan, el sueldo público de todos quienes hablan de crisis no veo que haya bajado ni que corra peligro.
En fin, como cuando fui creciendo y me di cuenta que lo que decían mis padres era todo algo relativo, decir que vivimos en democracia es algo relativo.
Ya no sabes si todos los medios de comunicación están metidos en círculos interesados, e interesa decir tanto lo de la crisis por algún motivo que desconozco.
No sé.
Yo trabajo en un simple supermercado, donde puedo ver y observar todas las realidades de las que se hablan. Es una especie de pequeño microuniverso. Uno se pregunta en qué sociedad vivimos cuando la gente prefiere recortar los gastos de comida a los del tabaco o al de salir a comer por ahí, o al del ocio la pariencia y la opulencia.
Dios me libre de criticar a nada o a nadie! yo seguramente soy el primero que se equivoca, a demás a menudo, es cierto. Pero es que no sé.
Mi abuelo hace años me decía: vivíamos mejor hace años que ahora vosotros con tantas comodidades. Nosotros pasamos alguna necesidad y apretamientos. Pero éramos más felices.
También se habla mucho de todo esto.
Las variables en el mundo son infinitas. Eso dicen. Nosotros también somos variables. Hasta qué punto vivimos nuestras vidas o nos las manejan. Y, quién o qué dirije todas estas variables. Qué interés hay detrás de todo esto. Si lo hay.
Cada mañana me levanto y cada semana y día son relativamente idénticos. ¿Qué los hace diferentes unos días de otros? y la rutina... así la llaman, ¿qué hay de ella?
Existen muchas maneras de romper con la rutina. Porque eso nos están enseñando constantemente. Que la rutina es algo malo. Que es bueno cambiar, hacer cosas diferentes.
La rutina.
En este punto tengo que decir que estoy totalmente de acuerdo con Juan Manuel de Prada: hallar significaciones hondas en aquellas parcelas de la vida que el común de los mortales considera rutinarias.
Así es como siento yo el mundo.
Así es como me gustaría sentirte.
Así es como me gustaría que me sintieras.
¿He cambiado tanto de cuando me conociste como para que ya no me reconozcas?

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