LADY IN THE WATER



Pero el hombre no sabe escuchar muy bien...
Pero el hombre ha olvidado cómo escuchar...

Como cada mañana cualquier ciudad, llena de gente, de prisas, de relojes, de carreras con los niños, de pitidos y malas caras, de risas y semáforos en intermitente, llena de autobuses y pequeños incidentes, cada uno con su pequeño gran mundo, intocables, con nuestro mp-4 o i-pod, encerrados en nosotros mismos, sin salir de nosotros mismos. Sin escuchar, sin ver.
Por más que creemos haberlo visto y oído todo.

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