UNA ESTATUA, SÓLO ESO, UNA ESTATUA

Me verás siempre en esa misma esquina,
con un cartel grande, colgado al cuello,
esperando el día en que tú pases a mi lado
y me reconozcas,
me verás con las manos extendidas, a pesar del frío,
por si tú decides sacar las tuyas de los bolsillos
y probar si las mías te responden,
me verás muchas veces cargado de demasiado peso invisible,
de demasiados destinos cruzados,
inmóvil, permanente, constante;

yo tengo la esperanza de que un día
pases a mi lado y me reconozcas, veas
más allá de la estatua que soy,
te me acerques y me digas:
"por fin, te encontré, eres tú,
aquí me quedo contigo, aunque el mundo
me convierta también a mí en estatua."
Existe ese día y en algún libro está escrito,
mientras, el mundo me seguirá viendo sólo como eso, como una figura más de la ciudad,
sin nombre y sin historia. Como me ves tú desde tu ventana,
cada mañana y cada noche,
inmóvil, permanente, constante,
así porque no he sabido vivir sin ti todos estos siglos,
así porque el tiempo se deshizo de mí,
así porque yo sigo siendo incapaz de decirte nada.
Me ves y no me ves, como cuando miras al cielo
y la luz de las ciudades no te deja ver las estrellas.
Una estatua, sólo eso, sólo una estatua.